El peligro de las espigas en los perros
Con la llegada del buen tiempo, los campos, parques y jardines se llenan de espigas. Mucha gente no sabe que son un peligro para nuestros compañeros caninos.
Por eso, en este post te contamos lo que necesitas saber sobre ellas, qué síntomas delatan una posible espiga según la zona de su cuerpo, cómo prevenir que se claven en la piel o entren en los orificios de tu can y qué hacer si ya se ha visto afectado.
Las espigas son la inflorescencia de las plantas gramíneas. Son vainas afiladas y terminadas en punta, cuya superficie es áspera al estar recubierta de unos ganchos microscópicos que favorecen su adhesión en la ropa de las personas y en el pelo de los animales, favoreciendo así la propagación y la reproducción de este tipo de plantas.
Es precisamente el diseño de estas plantas lo que las hace tan molestas y peligrosas para los perros. Su forma de flecha hace que la punta afilada se clave en la piel del perro y las varitas, con forma de paraguas, se abren impidiendo que retrocedan provocando que se claven cada vez más y promoviendo un movimiento natural de la espiga a través de la piel, causando heridas, abscesos e infecciones que pueden llegar a ser muy graves. Por esta razón hay que evitar el contacto con las espigas y si se clavan deben de extraerse lo antes posible.
¿Dónde suelen clavarse las espigas?
El momento de mayor peligro es cuando el calor aumenta y las espigas cambian su color verde intenso por amarillo. Esto indica que las vainas están secas y se desprenden de la planta y se adhieren y clavan al perro con mayor facilidad.
Las zonas del perro más comunes donde se clavan o se introducen son:
- Pelo: en cualquier zona del cuerpo de nuestro animal (incluso en las axilas, vulva y prepucio), especialmente en las razas de pelo largo. El perro se lamerá compulsivamente intentando calmar su molestia, pudiendo provocarse heridas y dermatitis, e incluso facilitando que la espiga penetre más y se mueva varios centímetros bajo la piel, provocando un absceso.
- Zonas interdigitales: suelen quedar enganchadas en las almohadillas y entre los dedos de sus patas. Si no las vemos a tiempo pueden provocar heridas y abscesos, o incluso migrar largas distancias bajo la piel provocando una fístula o “granuloma por cuerpo extraño”. El perro se lamerá insistentemente y cojeará evitando apoyar la pata afectada. Pudiendo en casos más extremos crear una herida que no cura y exuda de manera continuada.
- Oídos: lo que puede provocar otitis externa e incluso una perforación de tímpano. Observaremos que el perro sacude y ladea la cabeza bajando la oreja afectada. También notaremos enrojecimiento, purito y exceso de cerumen e incluso mal olor.
- Nariz: un lugar muy frecuente, puesto que los perros lo olfatean todo y es muy fácil que aspiren alguna espiga. El perro arrugará el hocico, se frotará con las patas y estornudará intensamente, llegando incluso a sufrir epistaxis (sangrado nasal).
- Ojos: suelen quedar alojadas en el tercer párpado o entre el párpado y el globo ocular, por lo que son muy molestas y peligrosas ya que pueden llegar a provocar inflamación, úlceras en la córnea e, incluso, ceguera. El ojo y sus añejos se inflamarán hasta el punto de provocar que este se quede medio cerrado y el perro intentará quitarse la espiga con la pata, por lo que podrá lastimarse y complicar el cuadro aún más.
- Boca: ya sea porque las ingieren o porque jugando con la pelota las espigas queden pegadas en ella y luego se escondan en alguna zona de la cavidad oral. De ahí podrán clavarse en las encías y migrar o incluso que se las traguen y terminen en algún órgano vital.
¿Qué prevenciones podemos tomar?
La forma más eficaz de evitar las espigas es no pasear al perro por zonas donde haya gran concentración de gramíneas. Sin embargo, en algunos lugares evitar las espigas en perros resulta imposible. Así, las medidas de prevención básicas son:
- Evitar pasear al perro por zonas de espigas
- Revisar las patas, el pelaje y los orificios de nuestro can a la vuelta de cada paseo
- Cepillar su pelo y mantenerlo corto (especialmente en razas de pelo largo)
- Ante cualquier herida o bulto sospechoso acudir al veterinario para poder tratarlo a tiempo
¿Cómo actuar en caso de que nuestro perro se vea afectado por una espiga?
Si la espiga está clavada de forma superficial podrás extraerla tú mismo, retirando el pelo, desinfectando y con mucho cuidado de no romperla. Si la espiga se rompe al intentar extraerla, debes acudir al veterinario ya que podría terminar por provocar lo que se denomina “granuloma por cuerpo extraño”, la zona se enrojecería, se inflamaría y podría infectarse.
En el caso de que la espiga se clave de forma más profunda o se introduzca en alguno de los orificios de nuestro can debes acudir inmediatamente al veterinario ya que cualquier intervención por parte de manos inexpertas al intentar extraerla puede suponer un riesgo para la salud de tu perro. Podrías provocar daños irreparables. Será el veterinario el que tendrá que extraérsela y el procedimiento podrá requerir de sedación o anestesia.
Durante la primavera y el verano cualquier herida o bulto sospechoso deberá tratarse como una posible espiga. Si observas esto o cualquiera de los síntomas mencionados no dudes en ponerte en contacto rápidamente con Simbiosis Centro de Especialidades Veterinarias para que le pongamos remedio cuanto antes.