Enfermedades congénitas en perros y gatos
Una enfermedad congénita es aquella que está presente en el animal desde su nacimiento. Pueden darse por factores químicos, ambientales o físicos, pero, sobretodo, poseen un alto componente genético. La actual práctica inadecuada de la selección genética, en perros y gatos, es una de las causas del desarrollo de estas patologías congénitas.
Estas enfermedades pueden ser respiratorias, neurológicas, cardíacas, dermatológicas, óseas, orales y digestivas. En este post os detallamos algunas de las enfermedades congénitas, en gatos y perros, relacionadas, en muchas ocasiones, con determinadas razas.
Enfermedades congénitas en perros
- Cardíacas: la más frecuente es la cardiomiopatía dilatada, en la que el corazón se agranda y no bombea bien la sangre. Las razas más predispuestas son el bóxer, el dóberman, pastor alemán, golden retriever, gran danés o cocker spaniel.
- Oftalmológica: el entropión es muy frecuente en razas como el shar pei y el chow chow, el párpado se invierte en dirección al globo ocular, por lo que los pelos entran en contacto con la córnea. El roce continúo provoca irritación y ulceración del ojo.
- Dermatológicas: Los basset hound y los cocker spaniel pueden presentar lesiones en la piel como seborrea o perder el pelo hasta presentar alopecia.
- Articulares y óseas: las razas grandes y gigantes son las más predispuestas a padecer patologías la artrosis o deformaciones congénitas de la cadera y el codo, llamada displasia.
- Orales: son muy comunes en las razas pequeñas, debido al reducido tamaño de la cabeza los dientes no tienen suficiente espacio en los maxilares por lo que se acumula sarro y pueden desarrollarse la enfermedad periodontal, que da lugar a la pérdida de piezas dentales.
- Digestivas: intolerancias alimentarias, inflamaciones intestinales y la temida torsión de estómago son muy típicas en razas como el setter irlandés, el labrador retriever, el bóxer y el bulldog francés. También el paladar hendido o el labio leporino en razas como el pequinés, el bulldog, el shih tzu. El megaesófago (excesiva dilatación del esófago) es otra dolencia digestiva congénita que afecta a razas como el fox terrier o el schnauzer miniatura.
- Respiratorias: las razas braquicéfalas, más conocidos como perros chatos, como el bulldog son muy propensos a sufrir patologías respiratorias debido a la morfología de su cráneo. Otra enfermedad respiratoria congénita es el colapso traqueal, muy típica de las razas pequeñas y toy, que tienen una tráquea muy corta o estrecha, como el yorkshire, el Pomerania, el bichón maltés o el chihuahua.
Enfermedades congénitas en gatos
- Renales: la enfermedad renal poliquística consiste en el desarrollo de quistes en los riñones que provocan insufciencia renal, en razas como burmés, persa, himalaya, british shorthair y scottish fold.
- Cardíacas: la cardiopatía hipertrófica es el engrosamiento de las paredes ventriculares del corazón provoca alteraciones en los latidos y bombeo de la sangre. Muy habitual en las razas maine con y ragdoll.
- Neurológicas: en la atrofia muscular espinal los síntomas, como anomalías posturales y al andar, intolerancia al ejercicio o dificultad respiratoria, suelen dar la cara a las 12 semanas de edad. La pérdida de neuronas provoca atrofia muscular esquelética y debilidad en el gato. También es muy frecuentes la gangliosidosis, en los siameses, cuyos síntomas como temblores en la cabeza y en las extremidades suelen aparecer a los tres meses.
- Oftalmológicas: la atrofia retinal progresiva, suele dar la cara a los dos años, y provoca que las células encargadas de la visión nocturna y periférica y la detección del movimiento se degeneren progresivamente, con la consecuencia final de la ceguera entre los 3 y 5 años. Muy frecuente en razas felinas como el abisinio y el siamés, entre otros.
- Hemolíticas (sanguíneas): la deficiencia de la piruvato kinasa eritrocítica es muy frecuente en gatos domésticos de pelo corto. Los eritrocitos se destruyen antes de lo normal, lo que provoca letargia severa, diarrea y bajada de peso entre otros síntomas.
Las enfermedades congénitas están presentes desde el nacimiento, por lo que se escapan a nuestro control, pero los síntomas no suelen aparecer hasta los meses de edad o incluso en la edad adulta. Por esta razón son muy importantes los controles periódicos y las pruebas diagnósticas que nos permitan detectar a tiempo estas patologías congénitas y ponerles remedio cuanto antes.