La quimioterapia en veterinaria
Actualmente, los pacientes oncológicos cada vez son más frecuentes debido a una mayor esperanza de vida de nuestras mascotas. El riesgo de padecer una neoplasia aumenta progresivamente con la edad. A día de hoy, supone el principal problema de salud (47%) en animales de compañía de más de 10 años de edad.
Por desgracia, el cáncer no siempre es curable, pero en muchos casos podemos ofrecer una mejora en su calidad de vida y en su longevidad.
Existen multitud de opciones terapéuticas (cirugía, radioterapia, quimioterapia, anticuerpos monoclonales, ITKs…) pero en el post de hoy, hablaremos sobre la quimioterapia donde responderemos a las principales dudas que os pueden surgir como propietarios. La quimioterapia en medicina veterinaria es una opción de tratamiento real hoy día, con resultados en algunos tipos de neoplasias muy satisfactorios.
¿QUÉ ES LA QUIMIOTERAPIA?
La quimioterapia son una serie de fármacos con efectos sobre las células tumorales. Estos fármacos se administran vía intravenosa, subcutánea, oral, etc. Actúan sobre las células en división, como son las células cancerígenas que se multiplican muy rápido y sin control, alterándolas o matándolas.
Esta técnica presenta gran cantidad de beneficios:
- Es el tratamiento de elección en muchos tipos de tumores. Por ejemplo el linfoma.
- Puede ser empleada tras la cirugía para evitar la recurrencia del tumor a nivel local y su diseminación a distancia (metástasis). Por ejemplo en tumores de mama.
- Puede ser empleada en tumores inoperables o en pacientes con metástasis
¿CUÁLES SON SUS EFECTOS SECUNDARIOS?
La premisa con la que partimos para hablar de quimioterapia es que no se puede extrapolar a la quimioterapia en personas ya que no tiene el mismo objetivo y por tanto no se utilizan las mismas dosis. En oncología veterinaria primamos la calidad de vida de la mascota.
Normalmente los perros y los gatos toleran muy bien la quimioterapia. Los dos efectos secundarios más frecuentes son derivados de la afección del tracto gastrointestinal (nauseas, vómitos y diarreas) y de la médula ósea (anemias, leucopenias, trombocitopenias). Esto es debido a que en estos sistemas las células se dividen muy rápido, lo que las hace más susceptibles a la quimioterapia.
La médula ósea es donde se producen las células sanguíneas (glóbulos rojos, blancos y plaquetas), por lo que cuando estas células se ven afectadas, puede producirse un descenso de ellas y haber mayor riesgo de infecciones. Para controlar esta posibilidad, se realiza un análisis de sangre antes de cada tratamiento.
Algunos de los agentes que utilizamos pueden ser irritantes si durante la administración se extravasan, produciendo inflamación severa o ulceración de la zona.
La alopecia es muy rara en perros y gatos tratados con quimioterapia.
En conclusión, la mayoría de efectos secundarios son leves y se solucionan con tratamiento sintomático. Solo en el 5% de los casos es necesario hospitalización.
¿QUÉ HAY QUE HACER CUANDO FINALIZAMOS EL TRATAMIENTO?
Es importante realizar revisiones periódicas del paciente tras la quimioterapia. Lo ideal al principio sería hacer revisiones mensuales con el fin de detectar posibles problemas. Una detección precoz de recurrencia del tumor nos permite jugar con un mayor número de opciones terapéuticas y una mayor tasa de éxitos.
Hay que recalcar que la mayoría de los tumores raramente curan y la mayoría vuelven con el tiempo. Como ya hemos mencionado anteriormente, nuestro propósito es alargarles su vida la mayor cantidad de tiempo posible (meses o incluso años) manteniendo una buena calidad de vida, tanto durante, como después del tratamiento con quimioterapia.
¿DEBO TENER ALGÚN TIPO DE CONSIDERACIÓN ESPECIAL?
No hay que olvidar que son fármacos citostáticos y que por lo tanto hay que cuidar su manejo.
- La manipulación de las cápsulas/comprimidos debe ser cuidadosa y siempre con guantes. En ningún momento se deben abrir, partir o machacar. Lo que recomendamos es introducir el fármaco en comida para que sea más sencilla su administración. En caso de que lo escupa, tirarla y coger otra.
- La mayoría de los fármacos se eliminan a través de la orina, heces y saliva en las primeras 24-48h después de la administración, con lo cual, durante este tiempo, deberemos extremar las precauciones. Recoger las deposiciones con guantes, limpiar la orina con lejía, no dejar que nos chupen la cara.
- Debemos tener especial precaución y hacer un correcto uso de estos fármacos sobre todo en presencia de niños, personas inmunodeprimidas y mujeres embarazadas.
Cualquier duda que les pudiera surgir en este ámbito ni duden en ponerse en contacto con el Servicio de Oncología de Simbiosis Veterinaria.