Alteraciones cutáneas de origen histiocítico en perros

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10 · 02 · 2021

 

 

Los histiocitos son un subgrupo de linfocitos que se encuentran en los tejidos y que for­man parte esencial del sistema inmunitario. Se originan a partir de las células madre pluripoten­ciales CD34+ bajo la influencia de diferentes cito­quinas, pudiendo diferenciarse en la línea monocíti­ca/macrofágica o bien en la línea celular dendrítica (DCs), conformada a su vez por las células dendríti­cas intersticiales (IDCs) y células de Langerhans (LCs). A su vez, los monocitos circulantes mantienen cierta plastici­dad en su desarrollo y, en función de la citoquina o del factor de crecimiento que les afecte, se diferen­ciarán en células dendríticas intersticiales o bien en macrófagos.

 

Origen y evolución histiocitos

 

La mayoría de las alteraciones histiocíticas en perros están provocadas por células dendríticas, siendo el origen macrofágico mucho menos frecuente. Las células de Langerhans se encuentran en la piel y en la mucosa respiratoria, intestinal y del aparato reproductor. Asimismo, las células dendríticas intersticiales se hallan en locali­zaciones perivasculares de numerosos órganos con la excepción del cerebro, aunque sí están presentes en las meninges y en el plexo coroideo. Las células dendríticas que se localizan en la periferia de los órganos linfoides, como son el bazo y los ganglios linfáticos, se denominan células dendríticas interdi­gitantes.

 

Las células dendríticas son parte esencial de la res­puesta inmune adaptativa, ya que actúan como potentes células presentadoras de antígeno.

 

Al igual que en humanos, las alteraciones histiocí­ticas cutáneas en perros han sido descritas con detalle; pudiendo distinguir procesos proliferativos de tipo reactivo como la histiocitosis cutánea y la histiocitosis sistémica, y procesos de carácter neoplásico como el histiocitoma cutá­neo canino, el sarcoma histiocítico o el sarcoma his­tiocítico diseminado, conocido también como his­tiocitosis maligna.

 

Histiocitoma cutáneo

 

Se trata de un tumor de carácter benigno muy común en perros que, aunque puede aparecer en animales de todas las edades, es mucho más fre­cuente en animales jóvenes (menores de 3 años de edad). Las razas braquicefálicas como los bóxers o bull­dogs parecen estar predispuestas a esta lesión, aunque se ha descrito en todo tipo de razas y cru­ces. Las localizaciones más comunes son la cabeza y orejas, aunque puede aparecer en cualquier región corporal. Se presenta como un nódulo único de hasta 4 cm de diámetro, alopécico (total o parcialmente) que en ocasiones puede mostrar erosión superficial y ser de carácter pruriginoso. La metástasis ganglionar regional es de carácter excepcional en casos raros de mayor. Los histiocitomas múltiples son muy raros (menor al 1%) y se han descrito más frecuentemente en perros de raza shar pei.

 

El origen celular de los histiocitomas es la línea de células dendríticas, en concreto, de células de Langerhans. Estos histiocitos tienen un núcleo oval a redondeado con abundante citoplasma eosinofíli­co; es poco frecuente observar signos de atipia celular como anisocitosis, anisocariosis o multinu­cleaciones, aunque el índice mitótico suele ser ele­vado. Su regresión suele ser de carácter espontáneo durante las siguientes semanas a su aparición y va acompañada por un infiltrado linfocitario progresi­vo.

 

Histiocitosis cutánea reactiva de células de Langerhans

 

Lesiones dermatologicas

Imágenes 1a, 1b y 1c. Lesiones de histiocitosis cutánea
en un Yorkshire Terrier.

Imágenes 1d, 1e y 1f. Mismo animal tras recibir tratamiento
con glucocorticoides y ciclosporina.

 

Las células de Langerhans son células dendríticas residentes en el epitelio cutáneo y de mucosas como lengua, orofaringe, bronquios o mucosa urogenital. La histiocitosis cutánea canina de células de Langerhans se caracteriza por la aparición de múlti­ples lesiones nodulares que pueden ser coalescentes y dar lugar a masas de mayor tamaño. En ocasiones son muy numerosas y se distribuyen por cabeza, cuello, extremidades, tronco y escroto. Son de carácter alopécico, eritematosas y en su mayoría con ulceración central. Asimismo se pueden observar, aun­que de manera menos frecuente, lesiones en las unio­nes mucocutáneas y en la mucosa de la cavidad oral. Se describen episodios en los que los nódulos pueden crecer o menguar, pero no suelen regresar como en el caso de los histiocitomas. Las lesiones individuales de esta histiocitosis no difieren de los histiocitomas; sin embargo, a diferencia de estos, pueden extenderse a tejido subcutáneo y mus­cular en los casos más agresivos.

 

La etiología exacta de esta patología es aún des­conocida, pero se cree que implica un proceso de desregulación del sistema inmunitario, unido a un incremento de citoquinas proinflamatorias a nivel de la dermis. Las lesiones inicialmente se limitan a la piel, pero pueden evolu­cionar y afectar a los ganglios linfáticos regionales, siendo peor su pronóstico en la mayoría de las oca­siones. Existe una forma sistémica de esta enfermedad en la que los histiocitos afectan, además de a la piel, a órganos internos, principalmente hígado, bazo, médula ósea y pulmones, provocando en casi la totalidad de los casos la muerte o eutanasia del ani­mal.

 

Histiocitosis reactiva

 

Es un trastorno descrito únicamente en la especie canina y se origina por la activación de las células dendríticas intersticiales en la piel y tejido subcutáneo. Esta patología, puede limitarse a la piel y a ganglios linfáticos regionales (histiocitosis reactiva cutánea o CH)o bien extenderse a otros órganos internos (histiocitosis reactiva sistémica o SH). La presentación cutánea es mucho más frecuente que la sistémica y las lesiones se caracterizan por la aparición de nódulos múltiples en piel y panículo adiposo que pueden crecer o menguar.

 

Al igual que en la histiocitosis de células de Langerhans, la etiología es desconocida, aunque se sospecha de una relación directa con procesos de desregulación del sistema inmunitario.

 

Complejo sarcoma histiocítico

 

Se trata de una patología neoplásica que se caracteriza por la infiltración de histiocitos neoplásicos en diferentes tejidos, desde la piel hasta órganos internos, clasificándose en las formas localizada o diseminada.

 

El sarcoma histiocítico localizado  se presenta de manera más habitual como una lesión primaria que afecta a la piel o el tejido subcutáneo de las extremidades, aunque también se pueden hallar en otras localizaciones como en el tejido periarticular, bazo, hígado, nódulos linfáticos, pulmón o médula ósea. Esta forma de sarcoma histiocítico es muy agresiva e invasiva localmente, siendo la metástasis a ganglios linfáticos regionales muy habitual.

 

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Lesión en el tronco del mismo animal

Diagnóstico

 

Aunque la citología es una técnica muy útil que permitirá visualizar los histiocitos y, en numerosas ocasiones, diferenciarlos de otros tipos de estirpes celulares, para realizar un diagnóstico definitivo de estas patologías es imprescindible la realización de histopatología, que permitirá identificar el patrón infiltrativo, junto a técnicas de inmunohisto­química para la identificación de las líneas celulares.

 

Tratamiento

 

Para instaurar un tratamiento es esencial deter­minar la estirpe celular responsable. En los proce­sos histiocíticos de tipo reactivo, como son la his­tiocitosis cutánea de células de Langerhans e his­tiocitosis reactiva será necesaria una terapia de carácter inmunomodulador, debido a la implicación del sistema inmunitario en su fisio­patología. La vía de administración de los fármacos variará en función de las lesiones, aunque será necesario recurrir a tratamiento por vía sistémica en casi la totalidad de los casos.

 

Los glucocorticoides suelen ser los fármacos de primera elección, ya que aproximadamente un 50% de los casos de alteraciones histiocíticas de tipo reactivo responden de manera satisfactoria a dosis inmunomoduladoras de glucocorticoides. En casos refractarios o en los que el uso de glucocor­ticoides esté contraindicado, se recurrirá a su com­binación con otros fármacos inmunomoduladores como la ciclosporina, tetraciclina-niacinamida o azatioprina.

 

En los procesos tumorales la terapia variará en función de su naturaleza y estadiaje. El histiocitoma cutáneo canino es una neoplasia de carácter benigno que suele manifestar una regre­sión espontánea en las siguientes semanas tras su aparición. En ocasiones se recurre a su extirpación cuando la localización resulta muy molesta para el animal o cuando el diagnóstico citológico y clínico no está claro. Es importante recalcar que no se debe utilizar terapia antiinflamatoria en este proceso, puesto que inhibirá la función del infiltrado linfocitario encargado de activar su regresión.

 

En el caso del sarcoma histiocítico, es importante diferenciar si se trata de un tumor localizado o, por el contrario, de una forma diseminada. En el caso de ser localizado suele ser localmente agresivo y la metástasis en nódulo linfático regional es frecuente, por lo que el tratamiento se basa en la excisión qui­rúrgica del tumor y radioterapia postoperatoria. En el caso de la forma diseminada requerirá, además de cirugía y radioterapia en los casos en los que sea posible, de quimioterapia sistémica.

 

Pronóstico

 

En las enfermedades de carácter reactivo el pronóstico variará en función de la extensión de la afectación del animal. En la histiocitosis cutánea de células de Langerhans el pronóstico es más favorable en afectaciones únicamente cutáneas; sin embargo, empeora si existe metástasis ganglionar y es muy grave en su forma sistémica. La histiocitosis reactiva tiene un comportamiento similar: el pronóstico es mucho más favorable en su forma cutáneas y muy desfavorable en su forma sistémica.

 

Histocitoma cutáneo

Imágenes 2a y 2b. Histiocitoma cutáneo canino. 
Imagen 2c. Citología por punción con aguja fina de histiocitoma cutáneo canino.

 

Fuente: “Alteraciones Cutáneas histiocíticas en pequeños animales”. Pérez-Aranda, María. Consulta de Difusión Veterinaria. Consulta Difus Vet 2020;271:55-66.